Hace tiempo que las croquetas de arroz y espinaca, formaban parte de mi lista de recetas pendientes, y este fin de semana les llegó su momento. Las hice en versión apta para celíacos, porque no todos los que se iban a sentar a mi mesa consumen gluten, y prefiero no preparar menúes diferentes. Sin hacer discriminaciones, esos días comemos todos gluten free.
Para hacerlas, no necesitás respetar proporciones o medidas exactas, ya que va a depender -sobre todo- del gusto del cocinero. A mí me gustan con bastante espinaca, para que les aporte sabor además del color. Lo que no vas a poder modificar es la salsa blanca, que tiene que estar bien espesa para que queden firmes y no se desarmen al cocinarlas.
Ya hemos conversado sobre la mejor forma de hacer croquetas, pero te vuelvo a insistir con que no trates de empezar a prepararlas ahora, si las querés comer dentro de una hora. Si te llamaron a último momento unos amigos para invitarse a comer, las croquetas no son una buena opción, y te recomiendo arrancar a amasar unas pizzas. Saqueá la heladera, mezclá los quesos que tengas, pasá por la plancha las verduras que quedan y armá las pizzas con imaginación.
Pero esta receta no era de pizza, sino de croquetas de arroz y espinaca. Así que vamos a la cocina a revisar si tenemos todos los ingredientes, o a preparar la lista de lo que falta.
Ingredientes:
- 2 tazas de arroz blanco cocido
- espinaca (fresca o congelada)
- 1 cebolla chica
- 2 dientes de ajo
- 1 taza de salsa blanca espesa (preparada con almidón de maíz)
- 1/2 taza de queso rallado (apto para celíacos)
- sal
- pimienta
- harina de arroz
- huevos
- rebozador sin gluten
- aceite para freir.
Preparación:
El arroz tiene que estar bien frío. Si te sobró del día anterior y lo tenías guardado en la heladera será perfecto.
Si vas a utilizar espinaca fresca, tenés que lavarla muy bien, y luego saltarla en un sartén con la cebolla y el ajo para marchitarla. Si vas a usar la que tenés en el freezer, hay que descongelarla y escurrirla bien hasta quitarle toda el agua, antes de saltarla.
Preparar salsa blanca bien espesa y unir, mientras está caliente, al arroz, espinaca, queso rallado, sal y pimienta. Llevar a la heladera un rato para que se enfríe.
Una vez que la mezcla está fría, armar las croquetas del tamaño deseado, según las vayas a servir al plato, o como bocados para una picada. Pasar por harina de arroz, luego por huevo y por último por el rebozador. Dejarlas otro rato en la heladera, para que estén bien frías cuando las vayas a freir u hornear.
Un último consejo, dado que es una receta con bastante elaboración, te conviene hacer bastantes y congelar algunas. De esa forma podrás recurrir al freezer, freirlas y servírtelas como recién hechas cualquier día de estos que llegues a tu casa con ganas de un mimo culinario.