Esta receta de pastafrola es un clásico en mi familia; era una de las especialidades de mi madre, y por eso lleva su nombre. En realidad la auténtica es con mermelada de duraznos, pero tenía un frasco de mermelada de membrillos casera y decidí usarla para preparar esta versión de su receta.
No intentes convencerme que esta no es la mejor receta de pastafrola, porque son años disfrutando esta torta en familia, tomando la leche los domingos, o alegrándome la mañana del lunes si quedaba un trocito para el desayuno. Gracias al limón, la naranja, la vainilla y el cognac que se le agregan a la masa es muy aromática, y mientras se hornea va perfumando la cocina.
Ingredientes
- 1/2 kilo de harina
- 2 y 1/2 Ctas de polvo de hornear
- 1/4 kilo de manteca
- 1/4 kilo de azúcar
- 3 yemas
- 1 clara batida a nieve
- Ralladura de 1 limón
- 3 cdas. de jugo de limón o naranja
- 1 vasito de cognac
- mermelada de membrillo
Preparación
Se mezclan todos los ingredientes en un bowl y, con las manos, se cubre el fondo de la asadera (enmantecada) donde se vaya a hornear, reservando cuarta parte de la masa.
Se cubre con 1 kilo de mermelada de membrillo (ya te dije que puede ser de durazno también), y luego con una cuchara se ponen tiras de masa por encima, sin cubrirla totalmente. Tené en cuenta que la masa crece bastante y que se tiene que ver la mermelada en cualquier pastafrola que precie de tal. No hay que apurarla en el horno, le gusta cocinarse a una temperatura moderada. Cada uno conoce el comportamiento de su cocina, la mía es un avión y siempre tengo que elegir una temperatura más baja que la que indica cualquier receta. En este caso la pongo a 175º, prendo el convector y la voy controlando.
Te recomiendo prepares esta pastafrola para la próxima merienda familiar, éxito asegurado!!
Hasta la próxima.