La hamburguesa, que viene de larga data, es en la actualidad un alimento de indiscutible éxito y que continúa ganando adeptos y conquistando nuevos mercados. Se discute mucho sobre su origen, pero sin duda se asocia a la gastronomía estadounidense, y sobre todo a comercios especializados. La variedad de presentaciones, locales modernos, continuos recambios en sus propuestas y un merchandising muy bien pensado, han logrado convertirla en una seductora opción a la hora de comer.
Por el contrario, la hamburguesa hecha en casa se encuentra desprestigiada. Se ha creado a su alrededor la leyenda, que se repite como una verdad indiscutible, de que no puede competir con la preparada en cualquiera de esos comercios. Es como la Cenicienta del cuento.
Pero ya sabemos que la Cenicienta, con un poco de producción y el truco de perder el zapatito de cristal, terminó conquistando un príncipe. Así que, me dispongo a utilizar esos mismos artilugios para conquistar a los detractores de la hamburguesa casera.