Tenemos las fiestas a la vuelta de la esquina, y no solo no he publicado recetas que pudieran serte útiles para esta oportunidad… ni siquiera tengo armado el menú para mi casa. Este final de año ha venido entreverado, pero ya le iremos robando ratitos a las obligaciones para poder preparar nuestra mesa navideña y tratar de colarnos en la tuya. El chutney, que Don Remanso preparaba en frascos para conservar, puede ser el inicio de una serie de recetas para estas fiestas.
Esta preparación tiene su origen en los aromáticos fogones de la India, aunque seguramente recibió alguna influencia de la cocina inglesa durante los años que fue una colonia británica. Posiblemente por eso existan algunas versiones que le otorgan el mérito del invento a los ingleses, aunque nadie pueda discutir que la esencia de ese plato responde a la gastronomía india.
Hay infinidad de recetas de chutney, tantas como de mermeladas, o de salsas. Es una preparación que mezcla frutas, verduras, vinagre y variedad de condimentos y especias. La única regla es dejar la timidez de lado y arriesgarse a probar hasta encontrar la combinación perfecta. El chutney es una explosión de sabores que no sabe de medias tintas.
Preparalo con tiempo, necesita reposar por lo menos una semana o diez días antes de lograr su mejor punto. Podés prepararlo para servir en tu mesa, o en frascos para regalar.
Te cuento como describía Don Remanso su «Delicioso Chutney»: Las frutas (mango, manzanas, peras), se fusionan con las verduras (cebollas, morrones) y te invitan a jugar a las escondidas entre la variedad de especias que las envuelven (jenjibre, cúrcuma, canela, pimentón…). Es ideal para acompañar carnes, al horno, a la plancha, a la parrilla o como la vayas a preparar.
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