ensalada de higos

Ensalada de higos, queso azul y nueces.

La demora en comenzar los días más frescos nos permite seguir disfrutando de una fruta clásica del final del verano: los higos. La higuera era un frutal muy común en las antiguas casas familiares, en las que se preparaban en almíbar o en mermeladas; pero no era habitual utilizarlos en otro tipo de preparación. Hoy en día, se van popularizando otras formas de aprovechar esta fruta de estación. Personalmente, me gusta preparar ensalada de higos combinándolos según las existencias de mi despensa y mi imaginación. 

Te recomiendo que tengas en cuenta, a la hora de elegir los otros ingredientes, que los quesos maridan perfectamente con los higos, y que un toque dulce siempre les queda bien. Puede ser suficiente con agregarle unas gotas de miel, o jarabe de ágave en el aderezo, pero también podés optar por pasar los higos por la plancha con un poco de azúcar rubio y manteca. En ese caso la podrías presentar como una ensalada tibia, que ahora son tendencia.

Ingredientes para la ensalada de higos:

  • rúcula
  • 1/2 kilo de higos
  • 50 grs de queso azul
  • 50 grs de nueces
  • unas hojas de albahaca
  • 3 cdas de aceite de oliva
  • jugo de 1/2 limón
  • 1 cta de jarabe de ágave
  • sal
  • pimienta

Preparación de la ensalada de higos:

La preparación no requiere de mucha ciencia y no presenta ninguna dificultad.  Podés tener las verduras lavadas y el aderezo pronto con anticipación; de esa forma a último momento sólo hay que unir los ingredientes en una ensaladera y condimentar.

En este caso, yo no pasé los  higos por la plancha ya que preparé esta ensalada para un almuerzo de entre semana en el que tenía varias tareas entre manos. Pero, esta misma ensalada queda muy bien si previamente quemás los higos con un poco de azúcar rubio y manteca.

En definitiva, lo único que hice fue acomodar los higos, cortados en cuartos, sobre un colchón de rúcula y luego salpicar por encima el queso azul desgranado, las nueces y algunas hojas de albahaca. Por último, le agregué el aderezo que ya tenía preparado.

Una vez pronta, me la llevé al patio para disfrutar de este almuerzo sabroso y fresco mientras planificaba la siembra de otoño en mi huerta urbana.

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