A dos semanas de terminar el año se suman los festejos de grupos de trabajo, amigos, compañeros de estudio o cualquier otra actividad en la que participes. Obviamente, se hace necesario un descanso para poder llegar a fin de año sana y salva . Por ese motivo, decidí que esta noche preparo una ensalada de pollo y la disfruto en casa.
Durante mi infancia, decir ensalada era sinónimo de lechuga, tomate y cebolla. Con los años hemos descubierto que una ensalada puede ser un plato principal, además de una guarnición. Y que puede incluir diferentes ingredientes. no solo vegetales. El abanico de combinaciones es casi infinito. Por esa razón y aprovechando estas nuevas costumbres, voy a dejar que mi imaginación se arregle con lo que encuentre en la cocina.
Una ensalada en verano, puede ser tan reconfortante como un tazón de sopa una noche fría de invierno. Solo hace falta que le pongas creatividad y cariño. Buscá combinar diferentes texturas, jugá con los colores de los ingredientes y animate a usarlos en temperaturas dispares. Especialmente, te recomiendo que no dejes de aderezarla generosamente.
Ingredientes para la ensalada de pollo:
- 1 pechuga de pollo cocida
- 1 taza de lentejas cocidas
- 2 tomates
- 1 cebolla colorada
- lechuga mantecosa
- 1 huevo poche (por persona)
- 1 diente de ajo
- perejil
- aceite de oliva
- aceto balsámico
- sal
- pimienta
Preparación de la ensalada de pollo:
La pechuga de pollo puede estar asada, al vapor o como acostumbres a cocinarla. Yo nunca dejo pasar la oportunidad de asar un pollo cada vez que prendemos la parrilla. De esa forma, puedo improvisar una ensalada de pollo en cualquier momento.
Retirale la piel y los huesos a la pechuga y cortala en trozos. Luego, picá los tomates en cubos y la cebolla en juliana.
A continuación, prepará una vinagreta con el aceite de oliva, el aceto, sal y pimienta. Luego agregale el ajo y perejil picados y reservala.
Mezcla las lentejas con el tomate y las cebollas. Luego agregale el pollo y serví la ensalada en los platos, agregándole unas hojas de lechuga al costado. Por último, aderezá generosamente con la vinagreta y, ahora solo falta ponerle el broche de oro: el huevo poché.
