Todos ya saben  que una mudanza no se resuelve en pocos días. Es un proceso lento y arduo que puede hacer tambalear al más valiente.  En eso estamos, lo que motivó la falta de tiempo y energías para subir nuevas recetas.

Creemos haber superado  las aguas más turbulentas.  Desarmamos nuestra casa familiar y así fuimos encontrando artefactos que dejaron de funcionar hace tiempo,  ropa que nadie usa, lapiceras sin tinta y también cajas olvidadas llenas de tesoros. Finalmente, y luego de algunas discusiones, nos pusimos de acuerdo sobre las cosas de las que nos debíamos desprender.

Ahora nos espera una nueva casa donde instalar nuestro hogar. Vamos más livianos de carga inútil, pero llevamos con nosotros todos nuestros recuerdos,  nuestras raíces y un montón de sueños para el futuro.

Nos reencontraremos pronto, desde una nueva cocina y con los delantales de siempre.

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