Potato skins

Potato skins, la piel de papa reciclada y crocante.

Te puede parecer raro una receta de potato skins, y te  preguntarás si realmente te estoy proponiendo comer la cáscara de las papas. Afortunadamente -poco a poco- vamos aprendiendo a reciclar, y también  a utilizar materiales que antes «tirábamos a los chanchos» dicho, en este caso, literalmente. En la casa de mis abuelos, la cáscara de las papas formaba parte del alimento del chancho, quien -bien adobado- formaría parte del menú de fin de año. También se utilizaban para formar el compost, que luego se esparcía por el jardín.

Después comenzamos a no pelarlas para algunas preparaciones, como el puré campestre, las papas rústicas y los papines. Pero ahora aparece esta receta -potato skins- en la que nos comemos la cáscara, sin la papa.  El plan  me pareció muy bueno, y una vez que las probé le subí varios puntos más a la idea. Son originales, divertidas, crocantes y sabrosas.

Anoche organizamos una «pantufleada» con amigas celebrando la noche de la nostalgia. Todas vivimos solo a unos pisos de distancia, así que  la consigna era asistir en pantuflas, llevar algo de comer y algo espirituoso para acompañar, ya que solo hay que manejar el ascensor para el regreso a casa. Preparé -para compartir con ellas- las potato skins, y  causé sensación!! Pensándolo bien,  tal vez mi aspecto tuvo algo que ver con su reacción al verme. La bandeja en las manos, una botella de vino bajo el brazo, las pantuflas de mi hija en los pies y una peluca naranja en la cabeza. Mis papas y yo fuimos un éxito.

Hora de pasar a la acción. Las potato skins hay que preparar en etapas; planificarlas antes de empezar. La cocina es creativa, es divertida… pero si no es, además, organizada puede convertirse en caótica.  ¿Mi recomendación?  Si todavía no estás muy ducho en esto, prepará tu lista de tareas.  Y la primer de ellas es siempre: verificar si tenés en tu despensa todos los ingredientes y en caso contrario anotarlos en la lista de compras.

Ingredientes:

  • 5 papas coloradas medianas
  • aceite de oliva
  • sal
  • 100 grs. de panceta en fetas
  • 200 grs. de queso cheddar
  • ciboulette
  • papel aluminio

Preparación:

  1. Lavar con agua las papas, frotando con un cepillo. Secarlas bien, untarlas con aceite de oliva y colocar en una asadera cubierta con papel aluminio. Hornear entre una hora y una hora y media, en horno a 200°, hasta que estén tiernas, pero no se deshagan. Dejar enfriar un rato para poder manipularlas sin quemarse.
  2. Cortarlas a la mitad, a lo largo, y con una cucharita retirarle el contenido, dejando sólo 1/2 cm. adherido a la cáscara para que mantenga la forma. Dejaras tapadas hasta el momento de utilizarlas. Reservar el interior de la papa, para hacer un puré o croquetas.
  3. Pincelarlas con aceite de oliva por dentro y por fuera, y agregarles un poco de sal. Llevarlas nuevamente a horno a 200°, durante 10 o 15 minutos para que se sequen y queden crocantes. Sacar del horno y reservar.
  4. Rallar el queso cheddar.
  5. Cortar la panceta en trozos chicos y saltear en una plancha (sin aceite), hasta que esté dorada.
  6. Colocar en las cáscaras una capa de queso cheddar, luego la panceta y por último otra capa de cheddar. Adornar con cibulette y llevar al horno unos minutos hasta que se derrita el queso.
  7. Disfrutar las potato skins.

Para que no haya dudas, quiero aclarar que anoche -después de la pantufleada– volví a mi casa en perfectas condiciones. Manejé el ascensor con maestría, me saqué la peluca para saludar a unos vecinos que regresaban a su casa, y me escapé por la escalera cuando el guardia vino a pedirme la libreta de conducir.

Hasta la próxima.

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6 comentarios en “Potato skins, la piel de papa reciclada y crocante.

  1. María lucía Kliche

    Muy buena la receta, muy bueno el relato, pero lo genial fue haber comido esas papas anoche. A mi para volver casa, no me dio para manejar el ascensor (no llevé la libreta) y por lo tanto utilicé las escaleras.

  2. silvia

    Ademas de la receta, que parece tentadora y habra que probar, me encanta la forma en que la presentas. Disfruto del relato que acompaña la misma. Una genia ami.

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