Esta tarta de cebolla y tomates la preparaba hace algunos años y contaba con gran aceptación familiar. Un día, injustamente, cayó en el olvido. No volví a recordarla hasta hace unos días, cuando invité a cenar a una vieja amiga, a la que siempre me gusta sorprender con el menú, y en el proceso de planificarlo, me reencontré con esta receta en algún recoveco de mi memoria.
Si tuviera que definir su sabor usaría un término, que algunos utilizan para los vinos, y que me parece muy acertado para esta tarta: redondo. El aroma de las cebollas doradas, el dulce de los tomates confitados y la intensidad del queso brie se funden de forma armoniosa dentro de una crocante masa. La frescura de una ensalada de hojas verdes es perfecta como acompañamiento.
Adapté la receta de esta tarta de cebolla y tomates a las costumbres actuales de nuestra mesa: libre de gluten. Podés preparla con harina de trigo, pero te recomiendo familiarizarte con este tipo de ingredientes ya que, cualquier día de estos, podés recibir un comensal que no consuma gluten. Y ese día dependerá de tus manos y de tu generosidad que no se sienta discriminado en tu mesa.
Ingredientes para la tarta de cebolla y tomates
Masa gluten free:
- 50 grs de harina de arroz
- 50 grs de leche en polvo
- 100 grs de fécula de maiz
- 50 grs de fécula de mandioca
- 1/2 cta de sal
- 1 huevo
- 4 cdas. de aceite de maíz
- 1 cta de orégano seco
- agua fría
- 6 cdas de rebozador libre de gluten
Relleno:
- 4 cebollas
- aceite de oliva
- sal
- pimienta
- orégano
- 6 tomates perita
- 500 grs. de azúcar
- 500 cc de agua
- clavo de olor
- 1 queso brie o lascas de queso parmesano (libres de gluten)
Preparación
Masa:
Recordá que este tipo de harinas, libres de gluten, necesitan ser cernidas más veces que la de trigo. Por lo tanto, te recomiendo que luego de unir todos los ingredientes secos, te tomes el trabajo de pasarlas por el cernidor 3 veces para lograr un buen resultado.
A continuación, agregale el huevo, el aceite, el orégano y, por último, la cantidad necesaria de agua fría para formar una masa tierna. Luego, amasala y dividila en 6 porciones para armar las tartas individuales.
Relleno:
Comenzá por picar la cebolla en juliana y saltearla en un sartén con un chorro de aceite de oliva. Agregale sal y pimienta y cocinala hasta que esté dorada. Por último añadile orégano y reservala.
Pasá los tomates por agua hirviendo para que se desprenda la piel. Luego de pelados, retirale las semillas intentando mantenerlos enteros.
Prepará el almíbar, con el agua y el azúcar. Añadile los tomates y el clavo de olor. Mantenelos a fuego suave, aproximadamente media hora, hasta que estén cocidos y brillantes. Retiralos de la cacerola y ponelos a escurrir en un colador.
A continuación, estirá los bollitos de masa de un tamaño mayor que los moldes que vayas a utilizar. Colocalos en los moldes, previamente enmantecados, sin cortarle los sobrantes. Espolvoreá la base de la masa con rebozador, luego colocá la cebolla y rematá cada tarta con un tomate confitado. Por último, espolvoreá con pimienta negra recién molida y doblá los excedentes de masa de forma que cubran parcialmente el relleno. Humedecé con agua la masa y esparcí semillas de sésamo por encima.
Horneá las tartas hasta que la masa esté cocida. Retiralas del horno y, unos minutos antes de servirlas, cubrilas con una rodaja de queso brie y volvé a llevarlas al horno hasta que el queso se derrita. Si no te gusta el queso brie podés terminarlas con lascas de queso parmesano.
Tan pronto como el queso esté en su punto, llevá las tartas de cebolla y tomates confitados a la mesa acompañadas de una ensalada de hojas verdes.
