Hace días que quería publicar esta receta de brochettes de langostinos y no encontraba el momento para sentarme frente a la computadora para contártela. Pero no quería dejar pasar este fin de semana largo, que me parece una buena ocasión para preparar platos que puedas disfrutar en buena compañía.
Es verdad que los langostinos son caros, pero para esta receta no vamos a necesitar demasiados. La idea no es darte una panzada, sino disfrutarlos junto a una copa de vino blanco fresco mientras le sacás el jugo al fin de semana. Ya me imagino sacándolos del fuego y compartiéndolos con mis hijos y algún amigo al que estoy avivando con este aviso.
Si los comprás enteros, vas a tener que sacarles la cabeza. Y que no se te ocurra tirarlas!!! Cocinalas en una olla con agua, sal y las verduras y hierbas que tengas a mano. Guardá ese caldo, que para preparar una paella, o un risotto de mariscos te va venir espectacular.
La cantidad de langostinos que compres va a depender de con que los vas a acompañar, o que lugar va a ocupar en el menú. Yo los preparo como una entrada, acompañados de algunas hojas verdes, o como parte de un menú de tapas. En esta última opción te recomiendo presentarlos al final, como cierre, por dos motivos: el primero es ir levantando el nivel con cada nuevo plato que presentás, y el otro es que los comensales ya han aplacado el apetito y los podrán disfrutar como auténticos sibaritas.