Tenemos las fiestas a la vuelta de la esquina, y no solo no he publicado recetas que pudieran serte útiles para esta oportunidad… ni siquiera tengo armado el menú para mi casa. Este final de año ha venido entreverado, pero ya le iremos robando ratitos a las obligaciones para poder preparar nuestra mesa navideña y tratar de colarnos en la tuya. El chutney, que Don Remanso preparaba en frascos para conservar, puede ser el inicio de una serie de recetas para estas fiestas.
Esta preparación tiene su origen en los aromáticos fogones de la India, aunque seguramente recibió alguna influencia de la cocina inglesa durante los años que fue una colonia británica. Posiblemente por eso existan algunas versiones que le otorgan el mérito del invento a los ingleses, aunque nadie pueda discutir que la esencia de ese plato responde a la gastronomía india.
Hay infinidad de recetas de chutney, tantas como de mermeladas, o de salsas. Es una preparación que mezcla frutas, verduras, vinagre y variedad de condimentos y especias. La única regla es dejar la timidez de lado y arriesgarse a probar hasta encontrar la combinación perfecta. El chutney es una explosión de sabores que no sabe de medias tintas.
Preparalo con tiempo, necesita reposar por lo menos una semana o diez días antes de lograr su mejor punto. Podés prepararlo para servir en tu mesa, o en frascos para regalar.
Te cuento como describía Don Remanso su «Delicioso Chutney»: Las frutas (mango, manzanas, peras), se fusionan con las verduras (cebollas, morrones) y te invitan a jugar a las escondidas entre la variedad de especias que las envuelven (jenjibre, cúrcuma, canela, pimentón…). Es ideal para acompañar carnes, al horno, a la plancha, a la parrilla o como la vayas a preparar.
Ingredientes:
- 1 mango
- 1/2 kilo de manzanas
- 1 kilo de peras
- 3 cebollas
- 2 morrones rojos
- 3 dientes de ajo
- jengibre
- 1/2 taza de maní pelado (lo podés sustituir por almendras)
- 250 gr de azúcar rubia
- 1 taza de vino blanco seco
- 1 y 1/2 taza de vinagre (el de vino blanco le va muy bien)
- sal
- pimienta
- cúrcuma
- 2 ramitas de romero
- 3 hojas de laurel
- 1 rama de canela
- 2 clavo de olor
- 1 anís estrellado
Preparación:
Poner en remojo el maní en 1/2 taza de vinagre y reservar.
Poner en una bolsita de tul el romero, laurel, canela, clavo de olor, anís y reservar.
Pelar y cortar la fruta en cuadrados y colocar en una olla grande, si es de doble fondo mejor. Agregar las cebollas y el morrón también cortado en cubos. Picar los dientes de ajo y rallar un trozo de jengibre. Agregar el azúcar rubia, y volcar por encima el vino blanco y la taza restante de vinagre. Condimentar con sal, pimienta y cúrcuma. Colocar dentro de la olla, la bolsita de tul que dejamos reservada con los condimentos.
Llevar a fuego moderado hasta que rompa hervor y luego bajar a mínimo por media hora aproximadamente. Cuando haya transcurrido ese tiempo, agregarle el maní y dejar que se cocine por lo menos media hora más. Aprovechá también para probarlo y ajustar los condimentos si es necesario. La consistencia del chutney debe ser similar a la de una mermelada. Cuando esté en ese punto retirar del fuego, dejar enfriar y retirar la bolsita de tul.
Si lo preparaste para consumir en poco tiempo, podes guardarlo en un recipiente -bien cerrado- en la heladera. Si lo vas a regalar o conservar para usar más adelante, tenés que guardar el chutney en frascos de vidrio esterilizados.
Ya arrancamos, de acá hasta las fiestas queda poco tiempo y muchas ganas. Veremos los que podemos lograr con ese equipaje.