La hamburguesa, que viene de larga data, es en la actualidad un alimento de indiscutible éxito y que continúa ganando adeptos y conquistando nuevos mercados. Se discute mucho sobre su origen, pero sin duda se asocia a la gastronomía estadounidense, y sobre todo a comercios especializados. La variedad de presentaciones, locales modernos, continuos recambios en sus propuestas y un merchandising muy bien pensado, han logrado convertirla en una seductora opción a la hora de comer.
Por el contrario, la hamburguesa hecha en casa se encuentra desprestigiada. Se ha creado a su alrededor la leyenda, que se repite como una verdad indiscutible, de que no puede competir con la preparada en cualquiera de esos comercios. Es como la Cenicienta del cuento.
Pero ya sabemos que la Cenicienta, con un poco de producción y el truco de perder el zapatito de cristal, terminó conquistando un príncipe. Así que, me dispongo a utilizar esos mismos artilugios para conquistar a los detractores de la hamburguesa casera.
Ingredientes:
Hamburguesa:
- 1 kilo de pulpa de novillo picada
- 1 kilo de pulpa de cerdo picada
- 1 cebolla
- 4 dientes de ajo
- perejil
- ciboulette
- sal
- pimienta
- 3 cucharadas de mostaza
- 1 taza de cerveza
Relleno:
- 15 fetas de queso cheddar
Acompañamientos:
- cebollas confitadas
- rúcula
- palta
- huevos de codorniz
- remolacha quemada
- pan de pita (opcional)
Preparación:
No compres la carne que ya está picada; elegí pulpas magras y de buena calidad, y pedile al carnicero que las pique en el momento.
Mezclar todos los ingredientes de la hamburguesa
Armar las hamburguesas de la siguiente forma: una capa de carne, por encima ubicar una feta de queso cheddar (cortada en 4) cuidando que no llegue a los bordes, y cubrir con otra capa de carne sellando bien. La idea es que queden de aproximadamente 1,5 cms. de altura, y 160 o 170 grs. de peso una vez armadas.
Si las hacés de ese tamaño obtendrás 15 hamburguesas. Te recomiendo que las que no vayas a cocinar ese mismo día, las conserves crudas en el freezer separadas con film entre sí. El día que las vayas a consumir, tené la precaución de sacarlas del frío con tiempo de que se descongelen. No quedan bien si las cocinás cuando aún están congeladas.
La mejor forma de cocinarlas es sobre una plancha de hierro caliente y dejándolas que se doren bien de un lado, antes de darlas vuelta.
Ya tenemos a nuestra Cenicienta casi pronta para ir al baile, sólo falta elegir el transporte y quienes la acompañarán. A mí me gusta al plato, con cebollas confitadas, remolacha quemada, unas hojas de rúcula, y tal vez una criollita, o guacamole.
Si la preferís al pan, te recomiendo que uses pan de pita que no tiene miga, y si lo tostás quedará mejor aún. Y dentro del pan, escoltando la hamburguesa: hojas de rúcula, cebollas confitadas, rodajas de palta rociadas con limón, huevos de codorniz hechos a la plancha. Podés complementar con criollita, pesto, salsa de morrón, pero por esta vez… no le agregues mayonesa o ketchup.