Esta es una receta que podrás adaptar a las reservas de tu heladera, a los vegetales de estación, y sobre todo a tu imaginación y ganas de divertirte en la cocina. La única regla que se debe respetar es cocinarlos en el momento de llevarlos a la mesa, ya que pierden contextura cuando se enfrían.
En mi selección no pueden faltar la cebolla ni el morrón, y a eso le agrego otros vegetales que van variando. Tampoco son las mismas las combinaciones de condimentos que voy incorporando, y dependen absolutamente de la inspiración de ese día. La salsa de soja les queda muy bien, pero entonces no les agregues sal. Hierbas, semillas, jengibre, láminas de ajo, ralladura de limón, todo puede ir a parar al wok.
Pueden acompañar cualquier carne, algunas pastas, o arroz, y como quedan muy coloridos le dan un toque divertido al plato.
Ingredientes:
- vegetales frescos
- aceite de oliva
- condimentos a gusto y voluntad
Preparación:
Cortar los vegetales en tiras finas, y saltear con aceite de oliva en un wok, plancha, sartén, o lo que tengas en tu cocina para ese fin. Tenés que conocer el tiempo de cocción de cada uno de ellos, para respetar el orden en que se incorporan al sartén. Por ejemplo: la zanahoria necesita más tiempo que la cebolla y el ajo menos; las hierbas frescas se marchitan si las exponés demasiado al calor, reservalas para el final. Retirar del fuego cuando las verduras aún conservan algo de su firmeza y estructura.
No abuses de los condimentos de entrada, siempre estás a tiempo de sumarle, pero no de quitarle. Imaginate el gusto de esa combinación antes de agregarla, degustala con tu cabeza. Si la idea no tiene buen sabor… es mejor dejarla pasar de largo y no arruinar tus vegetales.