Cuentan que el provolone a la parrilla, fue un forma más que encontraron los inmigrantes italianos para unir la gastronomía de su país de origen, con la de esta zona. Y entiendo que esa afirmación es, por lo menos, creíble si partimos de tres enunciados, que parecen no estar en discusión:
- El provolone es un queso de origen italiano. Verdadero/
Falso - El asado a la parrilla forma parte de nuestra cultura. Verdadero/
Falso - La inmigración italiana a los países de la zona fue muy fuerte durante el siglo pasado. Verdadero/
Falso
Pero, cuidado que nos podemos estar metiendo en camisa de once varas al querer descubrir quien tiró la primer rodaja de queso provolone a la parrilla, y terminar en un debate al nivel de la verdadera nacionalidad de Gardel. Es que la rivalidad entre vecinos se aviva en cuanto prendemos un fuego -con leña o carbón, abrimos una botella de vino -tannat o malbec, se juega un partido de fútbol entre selecciones, o ponemos en la parrilla el provolone o provoleta. A mí me encanta Gardel, y el provolone a la parrilla ni te cuento, por eso prefiero dejar por acá la investigación y disponerme a preparar mi provolone.
Si sos de esos que vive en apartamento, suspirando por un parrillero o el espacio suficiente para poner un medio tanque, te sugiero buscar alternativas para no caer en la abstinencia mientras seguís esperando que algún amigo prenda el fuego y te llame. Uno de mis salvoconductos es este provolone a la plancha. Para acompañarlo, te recomiendo ensalada de calabacín asado y albahaca.
Ingredientes:
- queso provolone de 2 o 3 cms.
- orégano
- ají molido
Calentar la plancha de hierro sobre la hornalla, y una vez que alcance una temperatura alta colocar el provolone. Hay que evitar moverlo durante 2 o 3 minutos, para permitir que forme una capa crocante. Una vez que comienza a derretirse y ya está dorado, espolvorear con orégano y ají molido (sin abusar que suele picar bastante) y darlo vuelta. Condimentar la otra cara y dejarlo hasta que esté a punto.
Cuando te pasé la receta del pan de ajo, te dije que podías guardar algunos en el freezer. Si te quedó alguno, es el momento ideal para sacarlo y calentarlo en el horno.
Ahora si, servite una copa de vino, si todavía no lo habías hecho, y brindemos para que el Mago siga cantando cada día mejor.
Ali en tus palabras suena tan simple cocinar. Se nota el amor que pones en cada receta. Gracias, lo disfruto mucho. Un beso.
Estoy segura que en cualquier momento me vas a sorprender contándome que preparaste alguna de las recetas y que te resultó demasiado fácil. Ese día se cae un ídolo…yo