Podés opinar que no es necesario publicar una receta para preparar este tipo de ensalada. Y tenés razón, en parte… Porque debemos reconocer que somos novatos en el arte de preparar ensaladas. Hace unos años cuando hablábamos de ensalada, nos estábamos refiriendo a: lechuga y tomate, ensalada rusa, Waldorf, César y quizás alguna más.
Sabíamos que en otros países la ensalada acompañaba cualquier menú, y que en algunos casos podía llegar a ser el plato principal. Pero para nosotros la carne tenía que ser la protagonista, y la papa -en sus mil formas de prepararla- su mejor escolta. El tiempo pasa, nuestro colesterol sube, las nutricionistas se ponen de moda, empezamos a ver programas de cocina de otros países, y así descubrimos el fantástico mundo de las ensaladas.
Las combinaciones son múltiples, los ingredientes pueden estar cocidos o crudos y se seleccionan no solo por su sabor, sino por su textura y color. Algunas se sirven frías y otras tibias, y además hay que tener en cuenta el arte de aliñarlas, que puede llevarla a la fama o al fracaso a último momento. Esta receta trata de tener en cuenta todos esos detalles.
Ingredientes
- lechuga mantecosa
- rúcula
- naranja de mesa
- almendras fileteadas
- aceite de oliva
- vinagre balsámico
- sal y pimienta
Preparación
Lavar y escurrir las hojas verdes y colocar en un bowl.
Pelar la naranja al vivo y agregar junto a las almendras fileteadas.
Preparar en una taza el aderezo, mezclar bien y agregar a último momento a la ensalada.
Probala y modificala a tu gusto. Lo importante de todo esto es habituarnos a consumirlas y a usar nuestra creatividad al preparar una ensalada. Tené en cuenta elegir los productos de estación, para consumirlos frescos y en su mejor momento. Andá a la feria cuando puedas, vas a encontrar gran variedad de frutas y verduras, y si te hacés cliente de un puesto te van a recomendar las mejores.