Cuentan que el provolone a la parrilla, fue un forma más que encontraron los inmigrantes italianos para unir la gastronomía de su país de origen, con la de esta zona. Y entiendo que esa afirmación es, por lo menos, creíble si partimos de tres enunciados, que parecen no estar en discusión:
- El provolone es un queso de origen italiano. Verdadero/
Falso - El asado a la parrilla forma parte de nuestra cultura. Verdadero/
Falso - La inmigración italiana a los países de la zona fue muy fuerte durante el siglo pasado. Verdadero/
Falso
Pero, cuidado que nos podemos estar metiendo en camisa de once varas al querer descubrir quien tiró la primer rodaja de queso provolone a la parrilla, y terminar en un debate al nivel de la verdadera nacionalidad de Gardel. Es que la rivalidad entre vecinos se aviva en cuanto prendemos un fuego -con leña o carbón, abrimos una botella de vino -tannat o malbec, se juega un partido de fútbol entre selecciones, o ponemos en la parrilla el provolone o provoleta. A mí me encanta Gardel, y el provolone a la parrilla ni te cuento, por eso prefiero dejar por acá la investigación y disponerme a preparar mi provolone.
Si sos de esos que vive en apartamento, suspirando por un parrillero o el espacio suficiente para poner un medio tanque, te sugiero buscar alternativas para no caer en la abstinencia mientras seguís esperando que algún amigo prenda el fuego y te llame. Uno de mis salvoconductos es este provolone a la plancha. Para acompañarlo, te recomiendo ensalada de calabacín asado y albahaca.