La semana pasada preparé pan de nuez y guardé algunos en el freezer para usarlos para sándwiches. Me encanta este pan porque admite diferentes rellenos. Los podés armar clásicos, con jamón y queso, o más jugados, con roquefort y nueces o bondiola y ananá, y siempre quedan bien. Pero, para la mesa de Navidad o las reuniones previas quería preparar algo especial, más moderno, un sándwich gourmet. Sigue leyendo
Si estás buscando una receta para deslumbrar a tus comensales, esta es una muy buena opción. Las croquetas de cangrejo tienen una capa exterior crocante, y un centro cremoso con un suave y delicado sabor a mar. Sigue leyendo
Entramos en la recta final del año y, como te podrás imaginar, ya estoy preparando mis listas de tareas. Es que en un abrir y cerrar de ojos tendremos las fiestas arriba y hay muchas cosas que hacer. ¿Qué te parece si empezamos por preparar frascos con conservas para regalar? Va la primera de la lista: Mermelada de manzana y nuez. Sigue leyendo
Hace tiempo que no subía ninguna receta de risotto al blog, así que va siendo hora de hacerlo. En este caso les quiero contar como preparé el risotto de setas para una cena con amigas. Al agregarle algunos vegetales, con diferentes tipos de cocción, me aseguré el aporte de colores y texturas diferentes
Soy bastante fanática del risotto porque te permite hacer muchas variaciones y adaptarlo a los invitados que tengas ese día o a la estación del año. Asimismo, se pueden preparar fácilmente las versiones aptas para celíacos o vegetarianos. En este caso reúne las dos condiciones, de esta manera evitás preparar dos platos diferentes si alguno de los comensales consume alguna de esas dietas.
La preparación de este risotto de hongos es la básica de cualquier risotto, pero tenemos que preparar con anticipación las cebollas caramelizadas y el calabacín asado.
Cada vez que tengo que planificar el menú para algún acontecimiento familiar, mi primera opción siempre es el cordero. Por suerte es una inclinación compartida y encuentro cómplices a la hora de votarlo como la mejor elección. Para el cumpleaños de mi hijo mayor, lo presenté como pastel de cordero.
Es verdad que reservo el consumo de esa carne para ocasiones especiales, ya que su alto contenido en grasa no hace recomendable el uso excesivo. De todas formas, el precio al que se comercializa te desanimaría a comprarlo todas las semanas.
No obstante, cuando la ocasión lo merece, vale la pena olvidarse por un día del colesterol. Además, debemos tener en cuenta que la carne de cordero es rica en vitamina B12, la que parece que ayuda a prevenir el Alzheimer. A fin de cuentas: una de cal y otra de arena.
Así que hoy vamos a plantarle cara al alemán preparando este espectacular pastel de cordero. Sigue leyendo
Hoy me tocó libre en la cocina, y mis hijos prepararon chivitos de matambrito de cerdo, de su autoría. Ya ves que en mi cocina funciona la consigna de que los delantales sean familiares.
Cada uno ha aprendido a cocinar los platos familiares que más le gusta, pero además han desarrollado sus propias recetas y especialidades. El chivito de matambrito es una de las preparaciones insignia de mi hijo mayor quien, en esta oportunidad, contó con la ayuda de «la del medio». Ella también se puede vanagloriar de tener buenas manos para la cocina.
La gastronomía es un interés que compartimos, y es frecuente el intercambio de recetas y recomendaciones sobre programas culinarios, restaurantes y nuevos ingredientes. Por lo general, se espera que aquel que participa de una fiesta o evento pueda pasar un informe detallado sobre el menú ofrecido, los ingredientes que formaban parte de cada plato, así como la forma de cocción y preparación.
Y aquí estamos, estrenando el espacio de recetas de las nuevas generaciones con este chivito de matambrito a la plancha. A fin de cuentas voy a tener que esmerarme para que no me roben el protagonismo…
Estos días invernales son ideales para un buen libro, una taza de te y algo dulce para acompañar el momento. Obviamente, el estar estrenando la condición de «retirada», me permite disfrutar de estas libertades. Por consiguiente, resolví que dedicaría la tarde a la lectura; y tener a mano estas tortitas de zanahoria, o carrot cake, me vino como anillo al dedo.
Las preparé pensando en los próximos cumpleaños familiares, para los cuales necesitaba nuevas recetas que luego pudiera transformar en aptas para celíacos. Como sabrás, en la cocina todo se trata de ensayo y error, así que suelo probar varias recetas, e irlas modificando hasta encontrar la que creo que es la mejor. De hecho, en esa tarea había estado, y gracias a ello esta tarde de alertas meteorológicos me encontró con mi versión de mini tortas de zanahoria prontas y cubiertos con un espectacular frosting de queso. Envidiable situación la mía.
Esta crema de queso es perfecta para baños y rellenos de tortas. Con la torta de zanahorias es un clásico, y existen más que razones para que se hayan ganado ese título.
Si todavía no la probaste, es hora de que te animes.
Preparar los raviolones de cordero era un desafío pendiente, al que le venía dando largas. Y hacerlos libre de gluten agregaba otra dificultad, ya que hace poco tiempo que incursiono en ese tipo de cocina, y todavía me genera algunas inquietudes, y algunos fracasos también.
Cuando ya no podía seguir escurriendo el bulto, sin que se descubriera mi cobardía, le puse fecha al evento, y quedaron hechas las invitaciones para la esperada degustación. Enseguida comencé a elaborar mis listas de compras y de tareas, que siempre me aportan tranquilidad.
El primer punto a resolver fue como preparar el cordero para el relleno de los raviolones. Me pareció que la mejor opción era cocinarlo con la técnica de braseado, para no correr el riesgo de que rompiera la masa, pero conservando la textura de la carne. Algunas de las verduras que iba a usar durante la cocción, podría luego, utilizarlas para el relleno, y otras para la salsa, (por aquello de que nada se pierde, todo se transforma). Esta tarea quedo planificada para el día anterior a la comida.
La receta de la masa de los raviolones la explicaron en un curso de cocina para celíacos al que asistí, pero nunca la había preparado yo misma, así que la releí con mucha atención y no modifiqué ningún ingrediente en este primer intento. Esta tarea tenía que ser realizada el mismo día, así que tomé nota de que me iba a tener que levantar temprano ese domingo. De todas formas, conformé a mi parte obsesiva, permitiéndome dejar todos los ingredientes pesados y cernidos desde la noche anterior.
Esa mañana, con el delantal puesto, un taza de café en la mano y Serrat alentándome desde el equipo de música, entré a mi cocina. . Hoy puede ser un gran día.
El otoño fue avanzando y ya parece invierno. Pero no permitas que te deprima una tarde de domingo como la de hoy; una porción de chocolate y un buen libro son el antídoto más eficaz para una jornada gris. Yo preparé esta tarta de chocolate semi amargo, que es el que más me gusta, y la acompañe con una compota de frutos rojos para que le aportara el toque dulce.
No lleva harina, y la proporción de azúcar es muy poca; de todas formas no te engañes, no es de bajas calorías. Te recomiendo disfrutarla sin culpas, ya tendrás tiempo durante la semana de volver a tu dieta.
Preparé la compota de frutos rojos como acompañamiento, porque mis hijos no son fanáticos del chocolate amargo, y de esa forma el dulce de la compota lo balanceaba. Personalmente, creo que un copo de helado de crema, o mermelada de mandarinas, lograrían que el chocolate se luciera mucho más. Lo dejo a tu elección, de todas formas prometo pasarte pronto la receta de la mermelada de mandarinas, para que puedas probar esa combinación.
La tarta de chocolate necesita reposar unas horas en la heladera, así que te recomiendo prepararla el día anterior. La compota la podés tener pronta con anterioridad, ya que en la heladera se conserva varias semanas.